Después de verte,
En tu hermosura perfecta,
Madre de Dios, uno y trino,
Todo es posible en la tierra.
Todo menos otro rostro,
Y otro perfil de azucena,
Y otro candor en los ojos,
Y otra angélica pureza,
Otro profundo misterio,
Una criatura que tenga
La belleza tan sencilla
Que Dios quiso que tuviera
Nuestra Madre
En los cielos y en la tierra.
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