Porque Dios está con Ella, María está completamente impregnada de gracia, como una esponja bajo el agua. María está llena de la presencia de Dios y Dios es la fuente de la gracia. El poder del Altísimo la cubrió con su sombra, es decir, Dios descendió para habitar en Ella.
María es "la morada de Dios entre los hombres" Dios se da por completo a María, la colma de belleza, y Ella, que desborda Gracia divina, la entrega a la humanidad.
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