El sentido más profundo de la maternidad divina tiene en Ciudad Real un eco misterioso. Es como si la sabiduría del pueblo hubiera sido capaz de comprender, sin más razones que sus sentimientos, toda la dimensión trascendente de María como Madre de Dios y de los hombres.Vamos a acercarnos silenciosamente una noche cualquiera a la plaza que debiera ser de Santa Ángela de la Cruz; hasta esa casa donde habitan las vírgenes de la pobreza de Ciudad Real; donde Dios es nuestro hermano; el enfermo es Cristo vivo; su única riqueza es la alegría de sus tocas blancas; su única moneda es el silencio; solo se derrocha la generosidad. Allí está el campanario del Amor de Dios en nuestra Jerusalén de occidente del que parten cada día en un vuelo emparejado sus blancas palomas como un toque de Caridad sonando una por una en todas las puertas de la Ciudad. Ahí es donde nace cada día María Santísima en todas sus advocaciones...Que así escriben cada día el testimonio de su maternidad las hijas de aquella a la que los percheleros, aunque un Papa la haya elevado a los altares, prefieren seguir llamándola sencillamente Madre. Porque nadie como este barrio conoce el verdadero Evangelio de la maternidad reiterado día tras día cuando a las puertas de esa casa llaman la Angustia, la Amargura, la Esperanza, el Dolor y la Soledad de mi Ciudad y todos encuentran Consuelo en el amor de las Hermanas de la Cruz, donde a buen seguro y tras su puerta se encuentra entre Querubines, Angelotes y Serafines la Madre en cuerpo y alma rodeada de toda la gloria que sus hijas son capaces de darle... Y como le diríamos a nuestra madre de la tierra en el día de su cumpleaños, felicidades Madre en el día de tu cumpleaños, Felicidades con mayúsculas, porque sin Ti, sin tu Divino Vientre que fue Santa Morada, por obra y gracia del Espíritu Santo, del Mesías, nada hubiera sido del genero humano.
Hoy nace una clara estrella,tan divina y celestial,que, con ser estrella, es tal,que el mismo sol nace de ella.
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