Alguna que otra vez he escrito, que en el corazón de las cosas existe una música, y que para cada cosa, esta ciudad, o mejor dicho los que habitamos esta ciudad, tenemos una música en el corazón, para recordar aquel instante preciso en que fugazmente paso algo que recordaremos durante el resto de nuestros días.
El pasado sábado en el paraninfo aparte de disfrutar de la excelente salud musical de la que gozamos no solo en la ciudad sino a nivel provincial, particularmente yo, recordé, es más, me traslade a aquel paso por el convento de las Hermanas de la Cruz con el que para mí sigue siendo el mejor y mas catequetico Misterio de la Sermana Santa capitalina... Sonó al entrar a la plaza "Pescador de Hombres", y se reviro al convento con "Cerca de Tí, Señor", y al oír a la Agrupación Musical Santo Tomas de Villanueva interpretar ese canto, nunca mejor dicho, porque sonó a canto celestial, no pude reprimir ese pellizco en el corazón, ya que como si de una película en forma retrospectiva se tratase, los magníficos compases de esta agrupación me hicieron revivir paso a paso, compás a compás aquella gloriosa chicota que puso enfrente de las puertas del cielo al Amor de los hombres hecho imagen y que arropado por el Credo rezado por unas celestiales palomas blancas hicieron de aquella noche de Viernes Santo, la noche en que cuarenta hombres, cuarenta corazones acercaron el cielo a la tierra de la manera más bella que se puede hacer, con el sudor de sus frentes, la música del Señor y el canto de unas benditas y puras monjitas. Gracias a la Agrupación Musical Santo Tomas de Villanueva por hacerme revivir durante algo mas de dos minutos la emoción de hace muchos años.
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