Cuando en el escenario del paraninfo terminen los últimos compases, de la Marcha Real, la ciudad abrirá la cuenta atrás en la consagración de la Primavera. Los músicos habrán tenido en sus manos la teoría completa, ética, poética y musical de la "Pasión según Ciudad Real"; es decir, la plena floración de la Fiesta Mayor de la ciudad, el estallido de la luz que hace del dolor su gozo, que convierte la meditación en lirismo, desbordando los limites de la razón y de la lógica. Ciudad Real empezara este año a vivir con los sones de la agrupación. La agrupación sera el grito que la desentumezca, que la despierte, que la ponga en pie de transfiguraciones rompiendo las rutinas y deshaciendo las normas habituales. Todo parecerá distinto en los próximos días: los rostros, las calles, las relaciones personales, el mediodía y la medianoche. Incluso las formas cotidianas de actividad serán distintas, afectadas como estarán de reacciones y situaciones insólitas, de horarios diferentes, de conversaciones ajenas a la temporalidad. Santo Tomas y sus sones con sabor a gloria nos dejaran un regusto a música de la buena y nos harán vivir oficiosamente una Cuaresma y una Primavera que no por adelantada sera con menos ansia esperada. La notas que de sus instrumentos afloraran esparcirán por doquier todo lo nuevo y todo lo viejo de nuestras propias vivencias cofradieras. Nuestra infancia entera estará allí, puesta sobre el escenario del paraninfo, a embocadura abierta, con la sangre heredada de nuestra gente, sus recuerdos, nuestros recuerdos, nuestras intransferibles experiencias y toda la singularidad de los pensamientos y sentimientos que la conformaron. Por eso es posible el éxito de esta agrupación, porque es vivencia, experiencia e historia personal de cada componente, de cada cofrade, de cada músico, porque es visión de dentro a fuera, porque cada Semana Santa es distinta, no solo para cada tambor, cada corneta, cada trompeta, sino para cada uno mismo en particular, porque la de "hoy" es distinta de la de ayer y, posiblemente, casi no tenga nada que ver con la de mañana. Y esa experiencia de "presente eterno" resulta entonces mágica e inagotable, crece en nosotros en progresión geométrica y nunca se termina ni aun después de finalizar su concierto la agrupación.
En esto se sustenta la necesidad de escuchar y tener bandas y agrupaciones de esta innegable calidad en nuestra ciudad. Ese aldabonazo, verdadero y cabal, que pone sobre los pies todas las trabajaderas ocultas en lo más autentico del alma cofrade de la ciudad.
1 comentario:
Impresionante la forma en que nos transmites una Fiesta de tu Tierra. Me ha encantado amigo. Enhorabuena y disfrutad mucho. Un fuerte abrazo desde el blog de la Tertulia Cofrade Cruz Arbórea. http://tertuliacofradecruzarborea.blogspot.com/
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