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domingo, 28 de marzo de 2010
Traslado del Señor de las Penas
Sin inutiles parafernalias, sin ruidosas algarabias, con la rigurosidad, sencillez e importancia justa que el acto merece, ni más ni menos, todo en su justa medida. Diríase que rozando el canón perfecto de lo que debe de ser un traslado de la imagen sagrada de una cofradia hasta el lugar de su salida en estación de penitencia. Todo lo que esta cofradia pone en la calle deja un regusto a sencillez, un olor a bien hecho y un punto de gusto hasta en la forma simplisima del exorno floral....
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