Tus manos… que primorosa gubia pudo tener esa inspiración, que sueño tuvo y no se durmió para tallar tan delicados dedos, qué tacto de terciopelo ofrecen cuando por un segundo en besamanos nos los prometes, que lugar del mundo más apropiado que con solo mirarlo me siento más cristiano, quien puede decir Señora, con solo mirar tus manos que tu tacto no es humano…?
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