Más sobre todas la cosas
¡Oh dulce abogada nuestra!
¡Oh siempre Virgen María!
Refugio de nuestras penas,
En la hora de mi muerte
Tú serás mi Madre buena:
Que en tu corazón alado
Al cielo subir quisiera,
Para vivir en la dicha
De tenerte siempre cerca,
Amparado en tu sonrisa
Y refugiado a tu vera.
¡Tú mi Reina del Perchel!
¡ sol de un barrio de geranio y clavel !
No hay comentarios:
Publicar un comentario