Y, como la tragedia se hizo inspiración,
arte efímero, las cofradías de nuestra ciudad concibieron la representación apasionada
más imponente y bella de la devoción popular católica. Drama y regocijo en una
sola estampa. Los Remedios y sus halos podrían ser otra Judea para su Pasión.
La sensiblería de sus cofrades está bien presta para ello. La luz…Su Luz, el
aire…Su aire, la fragancia de los naranjos que embriagan una plaza inundada de
Amor, el pasmo de belleza del entorno, las calles, las plazas, los jardines que
rezuman primavera, rincones que evocan el paso de una cofradía… Un barrio que
emerge en el corazón de la ciudad, intramuros, como un Gólgota capaz de rivalizar
con el mismo Calvario… Las cofradías, serán, pues, el quinto evangelista, espectadoras
de privilegio para contar, en imágenes asombrosas, el boato del drama del Hijo
del Hombre.
No hay comentarios:
Publicar un comentario