Y cuando por fin, entre luces y sombras, llega la hora de la Pasión y las pasiones de Ciudad Real, dentro de cada uno de nosotros, irrepetible y única, en cualquier día de esa semana mágica, en cualquier lugar de la ciudad, en ese momento en que el cielo se va volviendo leve y morado, algo nos sacude y nos pellizca el alma velando lo turbio que encontramos en el fondo de la vida. Es El. En un esquina, en una puerta, en el fondo de una calle. Es la Imagen que ahora asume nuestros recuerdos. El rostro de un Cristo, la figura del Hombre. Imagen que se identifica con una ciudad entera, aquella donde todo lo que perdimos resucita. Señor, que al espíritu no le falte la materia que Tu pusiste en la creación. Que a Ciudad Real no le falte el Espíritu para construir los caminos fraternos de una sociedad mejor.
Espíritu y materia que hacen posible la grandeza de nuestras vidas, el pan y el vino de una vida más justa para todos.
1 comentario:
Magdaleno... Espíritu es lo que tienen tus letras que conviertes en materia en el sentir de los que las leemos... IMPRESIONANTE OTRA VEZ
Publicar un comentario