Materia alada e hiriente en la dorada luz del Domingo de Ramos, estallante de Cautivos y verdes olivares, ante el imponente paso del Prendimiento, donde un Jesús traicionado se entrega en una imaginada Jerusalén. Porque de esa materia fuimos hechos y de materia hicimos nuestras obras. Materia viva son nuestras imágenes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario