La mujer de Ciudad Real transmisora de toda metáfora posible, símbolo ella misma de todas las revelaciones sucesivas de la ciudad. La mujer ciudadrealeña, guardiana de los destinos culturales y cultuales de nuestra Semana Santa. Ella, desde la sombra, detrás del hijo, del marido, del padre, conservando todas nuestras cosas en su corazón, pasando el testigo a la generación siguiente, y aunque haya sido no pocas veces la gran traicionada en la pervivencia de nuestro destino como pueblo, no por eso dejó de cumplir una importante misión de aliento profético, incluso desde una posición de silencio, siempre paciente, esperando, callando como María junto a la Cruz, estando allí al lado del sufrimiento para devolvernos luego la alegría, con esa eterna presencia femenina que el ciudadrealeño no puede eludir, que necesita simbolizar también, visualizar materialmente, convirtiéndolo en paso de Virgen, rodeándolo de aromas, de música, de luz, para que no esté sola, para que sepa que es Ella el cauce mejor de nuestros sentimientos, y que por Ella encontramos la expresión más perfecta a nuestro encantamiento de hijos que nunca dejaron de andar por los ámbitos que la madre había vivido y amado.
Ciudad Real-mujer, Ciudad Real-paso de palio, Ciudad Real- Reina y Señora, Ciudad Real-Misericordia nuestra, rocío de la mañana, refugio de nuestros pecados.
1 comentario:
Sin palabras me quedo ante las tuyas. El que quiera entender que entienda. Tú lo has dicho todo. Gracias por esta entrada, me ha gustado especialmente :)
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