En la noche de ayer y tras poder sacar un ratito de relajo del ajetreado quehacer diario, me senté frente al portátil para ver con cierta ansia la nueva temporada del programa "Semana Santa en Sevilla". Conducido por D. Víctor Garcia Rayo, excelente comunicador y mejor pregonero, y apoyado en sus colaboradores, que con sus reportajes y comentarios exquisitos hacen una delicia el ver este evento cofrade y humano, hasta el punto de quedarte con ganas de ver mas y mas horas de emisión. En esta primera puesta en escena el invitado fue D. Luis Alvarez Duarte, que descubrió los entresijos de la actuación en el Gran Poder, tras el ataque sufrido por parte de un demente desalmado, y aquí fue donde me di cuenta de lo que son los sevillanos para sus cosas. Hablaron de Él como si de una persona de carne y hueso se tratara, emocionandose cuando recordaba el estado en que encontró al Señor de Sevilla cuando llego a la Basilica, preocupado por las descarnaduras que tenía a causa de las patadas que había recibido en tobillos, piernas, etc, como si de moratones en una persona se tratase, en fin hubo comentarios que hasta a mi me llegaron a pellizcar el corazón...¿Porque en esta nuestra bendita ciudad no existen o no se han buscado comunicadores cofrades de ese calado y esos sentimientos tan hondos por las imagenes sagradas de nuestras cofradias? Esa fue la primera pregunta que surgió de mi interior, luego vinieron las respuestas, y mas preguntas, el odio que los hermanos, mayores o no, tienen a las cofradias que piensan que le pueden hacer sombra a la suya, el acoso y derribo desde los altos estamentos a ciertas cofradias, y lo que es peor la personalizacion de esos odios, etc, etc.
Anoche, y por si me quedaba alguna duda comprobe emocionado, como una ciudad ama a sus imagenes, y ama a su Semana de Pasión, y lo que es mas grande e importante, todos tratan a las imagenes SAGRADAS, NO LO OLVIDEMOS, ya que parece que a muchas personas se les olvida el significado de sagrada, como decía tratan esas imagenes como la presencia viva de Jesús en cada una de sus advocaciones, y llaman a imagineros, médicos de cabecera y cirujanos, a la encarnadura piel y a la talla vida, y sus pliegues músculos, y a su posición zancada, y a la cobarde agresión, dolor en su bendito cuerpo. En definitiva bendita Sevilla y sus gentes que quieren y miman y viven por ella, por su Semana Santa y por sus imagenes sagradas, que cada día que se abren las puertas de sus lugares de culto cobran vida para escuchar las plegarias de sus fieles y hablar con ellos si así fuera necesario.
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