Cuando lo que nos es prácticamente inalcanzable se tiene, se siente tan cerca, los sentidos se vuelven sueños y anhelos vestidos de realidades…el sueño de oír su voz, el anhelo de besar su mano, la realidad de embelesarse con su semblante. Y es tan honda su pena que nos duele, pero que dulce dolor. Cada amanecida la percibo en la distancia de su estancia sagrada y espero que esa huella que trasmite su presencia emocione mi alma, porque me da la vida, la salud y la esperanza.
1 comentario:
Buff!! Puro sentimiento hermano, sentimiento por Ella, por lo que te hace llegar directamente al corazón. Me encanta lo que escribes. Un abrazo y buen fin de semana.
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