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miércoles, 7 de octubre de 2009

Tu casa Señor


Te he percibido Señor como más sereno, con otro semblante, con otra luz en tu cara y una nueva expresión en tu mirada, de bonanza, de paz…como la que reina en tu casa, en tu verdadera casa. Atrás, has dejado una nave fría y sucia que no hacía sino traer a tu memoria el abandono y olvido de tus discípulos… has dejado, Señor, una indecente sabana que te cubría, para que no vieras tanto mal y dejadez acumulada en esta nuestra semana santa de falsos y artificiales cortejos de rezos y humaredas que impiden ver a sus mandamases las verdades de una fe que ni de lejos profesan…has dejado Señor lo que el Mayor Dolor anhela, mirar de frente a su hijo aunque sea muerto en una cruz, pero al resguardo de lo que es su casa, una iglesia…o lo que es justo, el Señor de la Cena en Santiago, pues tampoco es su sitio el obispado…También Jesús Caído y el Nazareno del Encuentro quieren seguir tus pasos y abandonar un destierro que en tu tiempo, Señor, ya fue pagado…Y llena de Amargura sigue la que en una habitación y al amparo de sus desvelados hermanos recibe un culto bajo tierra apagado…pero si de algo te acuerdas Señor en esa nave taller, deposito de coches, chatarrería de guardapasos disfrazada, es de tu Madre de la Alegría, que de mala manera por allí andaba perdida.

1 comentario:

Anónimo dijo...

hola