Y la luna se asomó
para ver tu cara de perla,
se asomó para reflejar tanta belleza recreada,
se mostró para iluminar tu soberana presencia,
surgió, como de la nada para iluminar tu corona de Reina
por el barrio del Pilar proclamada,
para mirarse en el reflejo de tus ojos puros como el agua,
afloró de pronto, atraida por el son de tu paso
andando con acompasadas y costaleras marchas,
apareció, Madre Esperanza para ponerse a Tus Pies
y servir de almohada blanca
a tus Benditas Plantas
¡Señora de la Esperanza!
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