A veces quisiéramos que se parase el tiempo de nuestra vida
en aquel momento, en aquel lugar por toda una eternidad. Nos damos cuenta de
que forman parte de nuestro ser… que en Ellos hemos descubierto un sentido,
unos valores, que no estamos solos… y desde la fe, que hay un Dios que vive en
todos ellos como una misteriosa experiencia de amor... y es que por mayo llega
el tiempo de los sueños...
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