Como tienen que andar los misterios siempre de frente y mandados con rigor, el Señor de la Caridad es un claro ejemplo de ello, una cuadrilla de auténticos hombres buenos, luchadores y con un pundonor como nadie bajo los pasos, el apellido Naranjo ha sabido sacar lo mejor de todos y cada uno de estos costaleros del arte, levantando una cuadrilla de donde no la había y demostrando un andar que deja un rastro difícil de igualar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario