Trás la ventana de mis recuerdos, (que ahora se empaña al oir en la lejanía de mi niñez la tierna voz de una madre, llamandome para bajar a la verbena) pasan una a una las diapositivas de toda una vida ligada intimamente a Tí, Madre.
Cada año era lo mismo, pero estabamos deseando bajar al carmen para comprarnos el martillo de caramelo y besar el escapulario milagroso,- con que amor y siempre con lagrimas en los ojos lo besaba ella-, su pasito, al que he de reconocer llamaba carroza, era más...como ella, austera y sin vida, siempre miraba bajo el faldón y se veian unas tristes y frias ruedas, y Ella, que distinto, cuando su pasito (carroza) asomaba a su plaza todo se callaba, la verbena como por arte de magia se apagaba entera, y en un respetuoso silencio Ella abandonaba su casa entre las filas de cera y como no allí se encontraba ella, alumbrando a su Virgen.
Luego vino la vida a tu paso y un cierto cambio en lo que ahora llamamos cortejo y que antes para mi eran las filas, unos años con más acierto, otros con menos, pero contigo siempre ahí, como faro y guia.
Pero ha tenido que ser una hermandad -Las Penas- y un apellido -Abenza- los que han hecho de Tí y de una vez por todas la Reina de las glorias, con un cortejo envidiable, una puesta en la calle magistral y 40 corazones que insuflan vida a una parihuela cargada de verdad, en la que todos somos hermanos, todos somos costaleros y todos nos sentimos hijos suyos de verdad, a los que nos une solamente una pasion, el costal y una devoción la Madre.
1 comentario:
Pero tu sabes que todo esto es imposible y que no se puede realizar sin gente de tanta categoria como costalero, como persona y en la vida.
Un abrazo
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