Se acerca el día, ese día en el que entorno a ella, todos deberíamos ser hermanos, todos deberíamos apartar envidias, mentiras y empujones verbales para tirar al barro o hundir a quien no nos interesa que se oiga su nombre; pero desgraciadamente no sera así, y digo esto porque en estos días del triduo lo he podido comprobar, se abraza al que se critica, se da una cara al publico que no es la verdadera, y se realizan acciones que nada tienen que ver con lo que verdaderamente sienten, etc...etc.
Lamentablemente volveremos a ver a esos Judas modernos llorando frente a quien los mirará con ojos misericordiosos, se agarraran a la plata para que todo el mundo se asombre de lo infinitamente creyentes parecen ser, y cantarán la Salve junto a quien les pueda oír, siempre junto a alguien de alta jerarquía eclesiástica, pero al día siguiente se quitaran su piel de cordero y seguirán con su quehacer diario de mentiras, e insultos tras pantallas planas al amparo de un teclado que escupe toda la ira que han disimulado en estos días.
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