Que poquito queda Madre, para tenerte entre nosotros, para tenerte mas cerquita, para poder olerte, para que nos inunde tu fragancia, que mezcla los nardos con la seda, que mezcla el olor a niño recién bañado con el de los oros y los encajes.
Que poquito queda Madre, para que nos mires desde abajo, para que la misericordia de tus ojos nos llene de pleno y la carita de tu niño nos ilumine con resplandores y fulgores de estrella, y sus ojitos nos imploren amor y paz para todos los que a su casa acuden.
Que poquito queda Madre, para que tu palio cubierto de estrellas recorra nuestra ciudad y a su paso recoja plegarias, peticiones, rezos y porque no piropos que estamos en La Mancha.
Que poquito queda Madre para poder empujar tu paso, con delicadeza eso si, para que tus campanitas en tu ráfaga se muevan cual llama de vela acariciada por el viento de la noche calurosa de agosto, para que tus bambalinas acaricien con la suavidad del terciopelo tus varales, para que todo el conjunto de tu altar de plata sea barco que se mece en las olas de ese paseo del prado arropado por tus hijos para que ni el viento te roce.
Que poquito queda Madre, y que pronto se acaba, lastima que tu carita morena solo nos ilumine no mas allá de lo que dura una rosa en primavera, pero siempre nos quedara el verte allá arriba, en tu camarín de ensueño todo el año y podamos rezarte y pedirte y rogarte y llorarte Madre.
Que poquito queda.....Madre.
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