Semana de Pasión, Semana de nuestras devociones sin más, liberada de formalismos, hipocresías y protocolos añadidos, lo que no tiene nada que ver con nuestros ritos particulares, nuestras pequeñas pero hondas y piadosas ceremonias personales y hogareñas, ese mimo de cosas menudas, familias enteras, linajes de cofrades que jamás quisieron hacer de sus devociones un modo de figurar en ciertos círculos de poder, ese pudor de lo que se ama que es entereza del cofrade, la piedad sin beatería, la fraternidad sin presunciones, la naturalidad en el cumplimiento de las tradiciones más arraigadas, el saber estar y el saber ser lo que de verdad se es por herencia de una cofradía y no por apariencia ni ostentación, tantas y tantas cortesías cofrades imperceptibles para los extraños...
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