Ese silencio sagrado que se oye
en estos lugares, estando ya preparados antes de salir el martes a pregonar
silencio y oración por las calles. Silencio de Martes Santo, silencio de largo
capirote enlutado apuntando al cielo. Silencio de Penas que anda por las calles…arrastrando el
madero. Ese silencio me ayuda a ver lo que yo más quiero.
En ese silencio la veo en la plenitud
del Cielo: que no necesita altares que dispongan de algún hueco porque esa
santa ya ocupa una hornacina en mi pecho. Silencio de una hermandad que cargada
de Penas anda, enseñando a una ciudad la verdad, el sentido puro de orar en la calle, sin ornamentos... silencio de su recuerdo.
Silencio de Martes Santo. Silencio,…
silencio,… silencio.
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