Y en Santiago...
 Allí, el Dolor mas imposible, por el doliente suburbio de las almas, por el balcón desconocido y lírico  la angustia. Dolores, niña sola, dame tu mano, enseña a nuestra muerte las rayas de la vida, el final de la historia que al morir aprendemos. Dolorosa, ¡que deseado transito contigo!
Allí, el Dolor mas imposible, por el doliente suburbio de las almas, por el balcón desconocido y lírico  la angustia. Dolores, niña sola, dame tu mano, enseña a nuestra muerte las rayas de la vida, el final de la historia que al morir aprendemos. Dolorosa, ¡que deseado transito contigo!
 
 
 
          
      
 
  
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
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