Allí, el Dolor mas imposible, por el doliente suburbio de las almas, por el balcón desconocido y lírico la angustia. Dolores, niña sola, dame tu mano, enseña a nuestra muerte las rayas de la vida, el final de la historia que al morir aprendemos. Dolorosa, ¡que deseado transito contigo!
No hay comentarios:
Publicar un comentario