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lunes, 29 de abril de 2013

La promesa

Como cada madrugada, tras el paso del Señor, en silencio rezando y pensando en tantas cosas...Era un dialogo desde el corazón, duro, casi un reproche. Pero sentía muy dentro de si al Señor. Es como si fuera su único penitente. Su rostro llagado parecía ser el espejo de esos otros cristos que en silencio le miraban esperando como él una respuesta. Pero el silencio era absoluto. Dios callaba en su altar tallado de suplicas y la ciudad sufría la Pasión de aquel que tomaba en sus hombros todos los pecados de los hombres. Y se fijaba en aquellas miradas adivinando angustias y dolores. Aquel que había perdido la fe y se dejaba llevar por la vida...y ahora se encontraba allí  quizás sin querer, pero esperando... o aquel otro, todavía joven, entrañable entre sus compañeros de facultad y que quería dejarse morir por una crisis familiar... Aquella era una dura penitencia... y se sintió abrumado por el dolor ajeno... y su cruz se le hacia mas pesada.
Dios por las calles
Avanzaba la madrugada por San Pedro. La promesa estaba cumplida... hasta el año que viene, pase lo que pase, aunque a ese hombre le visite de nuevo la fe... o ese joven iluminado por la luz del Nazareno recupere a su familia perdida... La fe va mas allá de la religión .. Consiste en cargar la cruz de cada día y es un privilegio servir de Cirineo por unas horas en la madrugada única de Ciudad Real.
Él seguirá allí, en su iglesia, todo el año, con esa cruz imposible.

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