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jueves, 9 de diciembre de 2010

La Semana Santa y sus hombres...

Hasta aquí ha llegado tu paseo en solitario; hasta aquí ha llegado tu lucha contra gigantes de pies de barro; hasta aquí ha llegado el hilo de vida que quedaba para verte mandar una Semana Santa mas, una Semana Santa diferente, porque la diferencia la marca algo, y ese algo es la personalidad, la casta, el carácter propio, y de eso a ti y a tu padre os sobra. Solo decirte que para los cofrades y la gente de abajo el apellido Naranjo siempre sonara a compás, a compás de chicotá bien "andá" y bien "mandá", y mal que les pese a muchos cuando la primavera llega, siempre (y ahora en Ciudad Real también) sonara la palabra "Naranjo", bien porque florece, bien porque inunda con su olor la ciudad o bien como apellido de una dinastía que nunca podrá ser desligada de una semana de la cual, los intentan apartar.

4 comentarios:

MarceAbenza dijo...

Pero que esto no se acaba, es simplemente un capitulo mas... Gracias a Dios le queda un prometedor futuro por delante y muchos martillos que tocar y muchas cofrdias que pasear. Pero una cosa hay que tener clara.....que como bandera hay que llevar siempre la dignidad y el buen hacer.

Mada dijo...

Gracias a Dios así será, y la gente capaz, que sabe que quiere y que puede debe de seguir mandando pasos en esta ciudad que enseguida olvida lo vivido y lo pasado y premia y alaga a quien se acaba de caer en esto, o rie las gracias y el mal hacer de los incapaces...
Un saludo

Ernesto Naranjo dijo...

Gracias por tus palabras Magdaleno.

Ha sido una decisión difícil de tomar pero, como dice Marce arriba, hay que llevar por bandera la dignidad, y cuando esta se ve atacada, lo mejor es desligarse.

Han sido 7 años de lucha y brega, siete años en los que he aprendido mucho de la gente de abajo, compartiendo vivencias con ellos y luego mandándolos desde fuera. Es una cuadrilla curtida en mil batallas, buenas y no tan victoriosas.

Ahora mismo mi sitio están donde se empeñan que esté, que es debajo de las trabajaderas, siempre y cuando me dejen (que eso ya es harina de otro costal, nunca mejor dicho). Esperemos que el tiempo ponga a cada uno en su sitio.

Un abrazo y gracias de corazón.

Mada dijo...

No lo dudes, Ernesto, el tiempo es el juez que hara que todo vuelva a su ser...
Siempre de frente la gente buena...pero la gente buena de verdad.