Queridos Reyes Magos: 
No os voy a pedir cosas materiales.  Agradezco el tener un trabajo con el que     me puedo mantener y poder darme algunos, aunque pequeños, caprichos.     Compraré algunas cositas para mis familiares y con eso, considero cumplido     el tema de los regalos materiales. 
Pero, sí que quería pediros otras cosas. Entre     ellas os pediría que mis amistades permanecieran a mi lado.
Os pido que las lágrimas sean pocas este año y que     al dolor y a la confusión le releven el cariño y el amor. Que tenga la     mente lo suficiente clara como para observar la envidia y el odio y poder     parar esto en el momento incipiente. 
Que el mundo sea cada vez más humano y que cada     uno de nosotros, tenga su trocito de sueño cumplido, en su haber, en su     mano, en su corazón. 
Os pido que no se hable mal de mí, que yo no le he     hecho daño a nadie. Que la gente no me juzgue por lo que pueda oír o leer.     Y que si alguien quiere saber algo de mí, que no conjeture, sino que me lo     pregunte directamente. Soy una persona normal, abierta al diálogo y creo,     que bastante sensata. Por eso, Reyes Magos, os pido también la capacidad de     tener valor y de tener la suficiente claridad para saber cuando debo actuar     en situaciones injustas o desbaratadas. 
Pido que este año venga cargado con 365 días de     cosas buenas y que los cielos sean más azules. Pido tener el corazón en     paz, pido que la confianza en mi voz interior sea clara y fuerte, pido el     coraje necesario para perseguir mis sueños y tener capacidad para superar     aquellas épocas en las que se pierde el rumbo. 
Pido tener ilusiones, armonía, entusiasmo y serenidad.     Que los deseos pedidos a las estrellas fugaces se hagan realidad. Que en     este año reine en mi vida la paz y la tranquilidad. 
Y, sobre todo, que sea capaz de tener conciencia     de todo lo excepcional y disfrutar de ello. Y que el dolor, el llanto, el     sufrimiento y el malestar desaparezcan de mi vida y de los acontecimientos     que han ocurrido en ella. Que nadie más se sienta mal y que el 2010 venga     bien para todos. 
Y sólo os pido esto, Melchor, Gaspar y Baltasar.     Como veis, no quiero dinero, ni riquezas, ni poder, ni un gran puesto     laboral, ni siquiera grandes pasiones que vivir. Pero sí, os pido, por     último, un poquito de humanidad, que los humanos seamos más humanos, y que     entre todos lleguemos a hacer de la vida algo mejor de lo que ya es. 
Gracias por vuestra atención. Atentamente:    
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