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viernes, 24 de enero de 2014

La verdad de un gran pregón...

Hay un pregón de esta, nuestra ciudad, que nunca se escribirá, que ningún pregón se atreverá jamás a descubrir. Es el pregón anónimo de la fe sencilla de una persona que este año, en Santiago y al amparo de su Regazo Maternal, al cielo con su sentido pregonar, nos elevara, ese rezo que rezuma como agua viva del inagotable venero de sus sentimientos.
¿Qué sinceras promesas encienden las  velas iluminadas de sus ojos cuando bajo ese altar de plata, sedas, oros y terciopelos de flores perfumados, pasea a la Madre de sus amores, por los rincones más cofrades de nuestra ciudad?
¿Qué fiel agradecimiento deposita todo el tesoro de su escaso y a la vez inmenso patrimonio de fe, trabajo, amor, amistad, lealtad, en una apartada capilla en la que parece que el tiempo y el silencio se detuvieron para siempre?
¿Qué secreto misterio, qué celador cuidadoso del alma renueva cada mañana las esperanzas, los desvelos por los suyos, el ser cofrade y persona de verdad? ¿Qué oración enciende la resplandeciente luz de su fe, de su afición por pasear sobre un costal lo que más quiere cuando se comienza a derrumbar el sol en el devenir de la tarde?
Este es el verdadero Pregón que Víctor nunca nos va a desvelar: esa Virgen de los Dolores junto al Sagrario, cierra sus manos para guardar y no desvelar nunca sus plegarias, sus peticiones, sus devociones. La señal de la Cruz que salta espontánea de la frente al corazón a los hombros de este buen hombre, sin más, cuando la imagen de María con su corazón atravesado por siete dagas de Dolor se pone frente a él y hace brillar tanto sus ojos que confiadamente llora o hace temblar sus labios que en silencio le rezan.
Esa es la gran fuerza de nuestra devoción popular y sencilla, la que está depositada en el corazón de cofrades como Víctor que, en la sencillez de su testimonio, proclaman el más bello pregón de nuestra ciudad.

Que la Reina del Perchel te ilumine siempre amigo Victor.

1 comentario:

PEPE LASALA dijo...

Ese Pregón ya lo has escrito tú aquí, y se lo has dedicado a Víctor. Me parece precioso. Un fuerte abrazo y buen fin de semana.