
Aquí me tienes a tus plantas,
mi Cautivo, de Tí prendado.
Dime si seré digno de Tí,
mi Señor y Soberano,
Que de todo soy capaz yo
para ver libres tus manos.
¿Seré capaz Señor
de cambiar tu cuerda de esparto
por cordón de terciopelo
que acaricie tus benditas manos...?
Otra pequeña perla para ir abriendo paladar para esa cuaresma que ahora se presiente lejos.
ResponderEliminarPreciosa entrada.